Tendemos siempre a intentar contar todo lo que podemos en el menor espacio posible. Por lo general no pensamos en quién lo va a leer y cómo lo hará, y sí en qué queremos contar y cómo queremos hacerlo. Internet en general y las Redes Sociales en particular han ayudado a que cualquiera pueda contar una historia casi sin restricciones, pudiendo compartirla en cualquier lugar y momento.